En un mundo globalizado, de apertura y liberalización de los mercados, las grandes empresas y grupos de poder económico y político, ponen en práctica una serie de mecanismos para sobrefacturar, recargar costos, minimizar los pagos de impuestos, crear empresas de fachada que funcionan digitadas por la principal, abusan de los servicios de terceros, y de los trabajadores, en la mayoría de los cuales se impide la formación de sindicatos.