En 1999, Robert y su equipo de la Estación Biológica de Roscoff realizaron una investigación comparativa entre varios plaguicidas y para su sorpresa, porque es uno de los que se promociona en los anuncios como inofensivo, el Round Up de Monsanto, en realidad era el más tóxico: «Al ingresar a las células gracias a los adyuvantes, la molécula básica, el glifosato, interrumpe la división celular y, por lo tanto, puede inducir el inicio del mecanismo de los cánceres», explica el investigador.