Admiro su paciencia. Supo esperar hasta que le tocó el turno de ser Presidente de Chile y entonces, sólo entonces, ejerció de neoliberal, aunque ya antes había participado en los pactos secretos de la transición, sólo se mostró realmente como es cuando ganó las elecciones. Pero no con claridad, abiertamente, sino que lo hizo con la sutileza e inteligencia que le caracteriza. Como un automóvil, con el volante a la izquierda, pero siempre transitando por la derecha.