Se ha encontrado un documento, de 1887, rigurosamente inédito hasta hoy, en los legajos belgas y del que no dispusieron los jueces de La Haya en 1974. Se puede subrayar que está elaborado por un informador marroquí para un israelita, también marroquí, y que el informante, verosímilmente, ni siquiera sabía que detrás de todo el asunto estaba un belga (y mucho menos el rey Leopoldo II). Se desprende también que, según este testimonio, los territorios saharauis se extendían (en el momento de la colonización española) incluso al norte del río Draa.