Humanidad
Los partidos de derecha ni siquiera accedieron a firmar una declaración en la que ningún demócrata podría identificar un solo punto cuestionable. Primó el miedo a verse “blandos” ante el extremismo de los republicanos. Una derecha secuestrada por el pinochetismo más agresivo obliga a mirar con escepticismo el futuro de la democracia.