Al cumplirse 40 años del golpe militar en contra del Gobierno constitucional de Salvador Allende, es necesario tener una mirada retrospectiva de cómo en esos tres años de gobierno de la Unidad Popular, no solo se respetaron los derechos humanos, sino que Allende -sin ser católico- respetó seria y profundamente toda creencia religiosa y cultivó una sincera amistad con el venerado cardenal Raúl Silva Henríquez y algunos sacerdotes.