Guzmán se mueve desde el agua que los astrónomos han encontrado en lejanas constelaciones hasta la larga costa del territorio chileno para situarse en la Patagonia y en el desafortunado destino de los pueblos que la habitaron. Desde el testimonio de los últimos descendientes indígenas del sur, el realizador construye la historia de estos pueblos primero en su habitar en el mar y su poderosa cosmogonía, para posteriormente exponer la brutalidad de la colonización y el exterminio.