Llevó décadas aumentar significativamente los precios de los combustibles, aunque en el debate social y político era recurrente estar de acuerdo con un ajuste de los precios. El 1988, el presidente Carlos Andrés Pérez, en el marco de la implementación de un paquete de medidas económicas de corte neoliberal, subió los precios de la gasolina y eso fue detonante para una protesta popular sin precedentes, que se conoce como el “Caracazo” y que fue reprimida violentamente por las fuerzas militares y policiales. El Comandante Chávez, fue siempre cauto con esta medida y decreto un aumento, que no fue sustancial, y en esencia la gasolina siguió siendo altamente subsidiada.