La desigualdad es algo más que solo un problema de los países en desarrollo
Las economías avanzadas también experimentan una desigualdad persistente y cada vez mayor, y su efecto sobre los derechos humanos es alarmante.
Las consecuencias de la desigualdad no se limitan únicamente al ámbito económico. A medida que los recursos se concentran cada vez más en las manos de unos cuantos, quienes ocupan posiciones de poder en los ámbitos social y gubernamental tienen fuertes incentivos para mantener el statu quo.
El imperio de los robots en Stiglitz y en Marx
En una conversación que tuvimos en París, luego de su charla en la Conferencia INET [The Institute for New Economic Thinking], me observó que la elasticidad de la sustitución entre capital y trabajo mayor que 1 –un supuesto habitual en el libro de Piketty El capital en el siglo XXI— combinada con un progreso tecnológico que no cayera como maná del cielo, sino que se desarrollara en respuesta a los precios de los factores, traería consigo un proceso explosivo que sólo podría terminar con un capital en posesión de todo el ingreso neto de un país.