Los partidos progresistas en Italia, como en todas partes, deben ajustar la sintonía con el sentir ciudadano que exige antes que nada transparencia en el uso de recursos públicos. En el caso italiano y europeo, no es la lucha de clases sino la mantención de las conquistas sociales que ha entregado la sociedad de bienestar con educación y salud gratuita, de calidad, junto a pensiones, viviendas y salarios decentes.