Su hijita recibió por nombre Sayen, que en mapudungún significa cariñosa mujer de gran corazón.
«Lo que no logramos entender, es que en todos los momentos del traslado, pese a tener problemas de salud que la obligaron a un proceso de cesárea, ella estuvo engrillada y esposada, lo que no cambió ni siquiera al momento de dar a luz», ¡vigilada en todo momento por 3 gendarmes!