Chile despertó y esta vez exige que sus derechos más fundamentales sean garantizados. Despertaron los abusados, las mujeres, los eternamente postergados, los pueblos originarios, las diversidades sexuales. Despertaron quienes durante siglos tuvieron que resignarse a ser parte del “baile de los que sobran”, en palabras de la canción de Los Prisioneros. Despertaron en definitiva, los olvidados y olvidadas de siempre, los sin nombre, los que solo eran parte de las estadísticas.