Este modelo gira alrededor de la idea de que hay que sumarse al cambio, pero de tal modo, que la estructura íntima del poder quede igual, y se llama Gatopardo porque quedó explicitado en un libro del mismo nombre escrito por el Principe de Lampedusa, aristócrata siciliano. El gatopardismo tiene diferentes estrategias. Una es la cooptación de los rivales. “Si no puedes vencerlos, únete a ellos” dicen los gringos. Otra es premiar a los amigos que sobran, con un puesto honorífico, tan alto, tan complicado, que ellos mismos renuncien.