no sólo es que la ley le reconozca al no-nacido el estatus de persona, sino que le reconoce aún mayor protección que a los derechos del propio ser humano nacido, porque, como decíamos, entre los nacidos el homicidio por supervivencia no es sancionado. Ninguno de estos señores cree que cuando alguien amenaza con matarnos debemos entregar pasivamente nuestra vida y, sin embargo, se lo exigen a una madre que enfrenta la terrible desgracia de un embarazo de alto riesgo.