«Están los daños físicos: miopía, obesidad, hipertensión, trastornos musculoesqueléticos, diabetes. Y están los daños psicológicos: adicción, alienación, depresión, irritabilidad, agresividad, insomnio, insatisfacción, disminución de la empatía. Pero lo más preocupante es la pérdida progresiva de facultades mentales esenciales, las facultades que durante milenios han representado lo que sumariamente llamamos inteligencia.