Ex carabinero especialista en ciencias forenses: “Los delitos policiales deberían tener penas el doble de altas que los delitos civiles”
Carlos Gutiérrez, conversa sobre la urgencia de reestructurar las policías y analiza el actuar de carabineros de Panguipulli, que le costó la vida a un malabarista, después de ser acribillado por un carabinero.
La policía en democracia
En los barrios y sectores donde se concentran los problemas y se registran mayores niveles de violencia, la policía es percibida como injusta y antagonista, siendo frecuentemente blanco de agresiones. Cuando la policía ya no actúa en nombre de valores compartidos y parece imponer un orden injusto, se la priva de poder alcanzar su misión primordial: producir confianza para contribuir a la cohesión social.
"La corrupción más grande de Chile es la desigualdad social”
Berríos precisa que “más del 50% de los chilenos gana menos de $300 mil, esa desproporción es la verdadera corrupción y eso se da desde la Colonia hasta hoy, porque hemos creado unas capas de privilegios: colegios de elite, redes de filiación sanguínea, que son clases de poder que han ido dominando el sistema político, comunicacional y económico”.
Corrupción, Política y Empresa
Para contextualizar, es preciso señalar que es un error pensar que toda la responsabilidad de lo público la tiene el Gobierno y el Estado, si se piensa de esa manera no se puede avanzar hacia una comprensión de lo que se entiende como público, ni tampoco resolver directamente el problema de la corrupción.
El nuevo rol del Estado: levantar el velo de la contingencia
¿Y si la dictadura intervino en los mercados en plena construcción del modelo neoliberal para favorecer a una minoría –los grupos económicos que concentran abiertamente el poder económico–, por qué un gobierno progresista no podría apoyarse en un Estado proactivo para volver a crecer en forma sustentable beneficiando al resto de los ciudadanos?
Cambios de gabinetes e imposturas
Nunca un gobierno tuvo más posibilidades de imponer sus reformas ante una oposición tan descalabrada como la de la Derecha, que ahora gana bríos nuevamente en la falta de consenso y deslealtades dentro del oficialismo. Así como por el poder económico que controla y el dominio de los más poderosos medios de comunicación del país que, como se ha comprobado, aun se muestran diestros en provocar una destitución ministerial como la observada.
La crisis de pánico de la derecha
La reacción de la derecha es además inaceptable desde un punto de vista político. Lo es porque el pánico nubla la razón y una razón nublada hace imposible un proceso deliberativo serio. Estamos en un momento de transformaciones importantes. La derecha tiene que asumirlo con madurez política si quiere demostrarle al país y al mundo que su compromiso con la democracia es genuino. Tan genuino como su miedo.
La política sobre un polvorín
La reelección de Michelle Bachelet entrañaba el compromiso de un cambio profundo que ahora es desafiado con arrogancia por las grandes patronales, la poderosa prensa opositora, pero también por la dispersión de su base política. Desacuerdos que ya no le aseguran plenamente al Ejecutivo contar con los votos en el Parlamento para implementar sus iniciativas, lo que indefectiblemente llevará a la población a radicalizar sus demandas, desahuciar la última posibilidad de un cambio dentro de la institucionalidad heredada, cuanto a buscar derroteros políticos por fuera del orden vigente.