Con Trump nos esperan tiempos dramáticos
Trump no es una causa del nuevo desorden mundial. Es más bien un síntoma. El síntoma de tiempos en que los valores civilizatorios que daban cohesión a un pueblo y a las relaciones internacionales, quedan simplemente anulados. Lo que cuenta es el voluntarismo narcisista de un poderoso jefe de Estado, Trump, que en el lugar de estos valores colocó, pura y simplemente, el dinero y los negocios. Son éstos los que definitivamente cuentan. Lo demás son perfumerías dispensables para el dominio del mundo.
Trump está aquí para quedarse y cambiar el mundo
Donald John Trump, el 45 y actual presidente de Estados Unidos, ha sido considerado en muchos círculos ilustres como una anomalía que no puede durar. Pero es hora de mirar la realidad. Visto a través del lente de quienes sufrieron mermas en sus ingresos y temen al futuro, Trump está aquí para quedarse y es un resultado, no una causa.