En Chile no contamos con Gobiernos que tengan los oídos abiertos hacia la ciudadanía que dicen representar. Los gobernantes en nuestro país tienen el sistema auditivo atrofiado, les falla, cuando se trata de oír el clamor de los representantes del pueblo, a los representantes del movimiento social; sin embargo se les afina la audición cuando se trata de escuchar a los poderosos y los dueños del país.