Hundámonos en el mundo abisal donde el disfrazado de guardián deja salir el contrabando.
Maletines disfrazados de empresas revientan con los dólares preferenciales que les otorgan enmascarados.
Los grandes hampones que acaparan o esconden lo importado con divisas preferenciales circulan con disfraces de intocables.
La inacción se disimula con palabras, se maquilla con discursos la connivencia.
Los redentores bailan pegados con los sepultureros que abren nuestras fosas.
No se sabe qué día cae el anticarnaval en el cual seremos obligados a desfilar sin las máscaras.