Hoy es viernes y usted va rumbo a casa. Por su cabeza pasan mil ideas, imágenes, propias del inicio de un fin de semana. Quizás piensa en sus hijos, o en su pareja, en descanso o en fiesta. Pero sea lo que sea lo que piensa, camina sin atender si alguien le sigue o lo puede estar esperando en la esquina de la calle adonde Usted se dirige. Usted camina sin temor, sin miedo a que lo vayan a detener, para luego torturarlo, para exigirle que traicione si se quiere salvar. Usted disfruta de una paz, de una seguridad, que otros ayudaron a conquistar con sus vidas. No los olvide. Les debemos la vida, la alegría, las esperanzas que hoy tenemos.