La situación de Estados Unidos, y en concreto de la comunidad negra dentro del país, empezó a preocupar a Belafonte más que hacer música y cine. Aunque continuó con su carrera artística, lo hizo mucho más volcado en la concienciación sobre los derechos civiles, para lo que se alió con su principal defensor: Martin Luther King. Fueron amigos y colaboradores en la búsqueda de la igualdad, y trabajaron juntos en el Comité Coordinador Estudiantil No Violento y en la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur.