El Jefe Ñanculef
Ñanculef, como se enteró Manuel esa mañana en la Villa Olímpica, había sido detenido en una terminal de Temuco; el trabajo orgánico en el sur había sido detectado por los agentes de seguridad de la dictadura. Pusieron varias pistolas contra su cabeza cuando se sentó en el bus que lo iba a trasladar a Santiago. Ñanculef fue salvajemente torturado y luego debió soportar varios años en diferentes cárceles de la zona.
La última orden de Benjamín
Combatientes socialistas y miristas fueron los primeros en enfrentar a los golpistas en La Moneda, en el ministerio de Obras Públicas, en la población La Legua y otros lugares. Luego, siguieron combatiendo solo los miristas; tiempo después, militantes y ayudistas comunistas y del Frente. Después siguió el Frente solo y, finalmente, se sumaron combatientes del Lautaro. Ningún partido de izquierda reivindica la aparición y las acciones de los luchadores y combatientes populares. “¿Por qué será?”, se preguntaba Manuel, pues hasta el propio Partido Comunista negaba la paternidad del FPMR en esa época. Siempre han preferido reivindicar solamente a las víctimas de las violaciones a los DDHH, nunca a los combatientes que enfrentaron al tirano con todo tipo de medios, constataba Manuel.