El día en que seguí el consejo de Mafalda y me bajé del mundo
Mirando las estrellas, perfectos lunares sobre el rostro del cielo, Mafalda se preguntaba: ¿Por qué habiendo mundos más evolucionados yo tenía que nacer en éste? Hace poco me tropecé con un titular que me recordó la duda de Mafalda, decía: “Con tres días de paz en el mundo se podría proporcionar una educación primaria básica para todos los niños de países de bajos ingresos”.