Los neoliberales sostienen que las familias eligen la escuela a donde envían a sus hijos, lo cual es completamente falso, pues son las escuelas las que escogen a los alumnos sobre la base de una selección, atropellando la LGE que, taxativamente, lo prohíbe. En Chile, la ley no existe para los ricos y es siempre soslayada por ellos. En el caso de las universidades, está vedado el lucro y, hasta los ministros, violan la ley sin ningún problema con su conciencia ni, menos, con la justicia. Desde la época de la colonia, la ley se acata, pero no se cumple: desde Pedro de Valdivia, los poderosos y potentados son unos facinerosos, sin Dios, ni ley.