“Me alegro que hoy descanse en paz”
No me alegra que te hayas muerto Sebastián Piñera. Hubiera preferido verte preso por ladrón, estafador, asesino, terrorista, desalmado, tramposo y mentiroso. Lo de cobarde… bueno, eso es propio de los de tu ralea, igual que Pinochet cuando se cubrió con su nieto para protegerse el día del atentado contra su miserable vida.
Traidor. Asesino. Terrorista. Ladrón. Cobarde.
Recordar esto no es un asunto del pasado. Es un tema más actual que nunca. Porque define a un demócrata: aquel que tiene fronteras básicas que se compromete a jamás traspasar.
La traición, el asesinato, el terrorismo, el robo y la cobardía no son pesos en una balanza. Son principios intransables. Ayer, hoy, mañana y siempre.
El fin del Caso Riggs: cómo premiar a la familia Pinochet con una suave condena
Es probable que el reciente fallo de la Corte Suprema favorezca nuevamente a Pinochet, sus cómplices y herederos, tal como otros episodios similares durante la transición. Hoy, si bien la prensa del duopolio ha intentado ocultar este lábil fallo judicial, hay algo que ya queda escrito y es indeleble. Pinochet, además de un asesino, fue un redomado ladrón.