El gran capital siempre ha utilizado las divisiones en el seno de las clases trabajadoras en modo muy maquiavélico. ‘Dividir para reinar’ es su lema. De cara a las grandes decisiones que debe tomar el país, los poderes fácticos apuestan a la confusión y a la fragmentación. Ya lo han logrado en los partidos progresistas, cuyos parlamentarios nunca le trabajaron un día a nadie y temen perder el curul…