El “rechazar para reformar” prometió que, de ganar el Rechazo, habría reforma al sistema de pensiones, se consagraría la paridad de géneros en los órganos del Estado, se avanzaría a un Estado social y democrático de derecho, se reconocería constitucionalmente a los pueblos indígenas, y se aseguraría la igualdad salarial entre hombres y mujeres.