Al momento en que los tambores de guerra comienzan de nuevo a sonar con un ruido ensordecedor, para impedirnos, sobre todo, pensar, consideramos una medida de salud pública proponer la lectura de un antiguo texto que ya remonta a 101 años y, ¡por desgracia!, siempre sigue siendo actual. Que quienes proclaman «Peace for París» y saben leer, lean. Que los otros sigan yendo «todos al bar»-