Leyendo sus libros o sus artículos hemos aprendido sin ninguna clase de dudas que la causa saharaui hay que defenderla porque es justa, hemos adquirido las herramientas para saber discutir y para no dejarnos enredar con las mentiras o los falsos argumentos que, con tanta frecuencia nos llegan de nuestra propia gente: políticos, periodistas, empresarios etc.