Odlanier Mena, el primer jefe de la CNI, la Gestapo chilena que reemplazó a la DINA, es culpable de miles de asesinatos, torturas, desaparecimientos, entre ellos, el “retiro de televisores” – cadáveres retirados de sus tumbas, que aún no se sabe su ubicación – al igual que Manuel Contreras, su principal rival – incluso, quiso asesinarlo – negó, reiteradamente, ante los medios de comunicación de que la CNI haya tenido participación en los crímenes que se le imputan. Estos asesinos emplean el cinismo sin ningún empacho, lo cual no constituye ninguna novedad, pues los mismos tipos de argumentos los utilizaron los nazis para justificarse ante el Tribunal de Nüremberg, con la única diferencia de que estos monstruos de la Gestapo no fueron enviados a “colonias de vacaciones” – como en Chile – sino que la mayoría de ellos fueron condenados a muerte.