El dueño de El País oculta haber votado al PSOE en las dos últimas elecciones. ¿Por qué?
Cuando escuché al Presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, esgrimir a la periodista Ana Pastor García, entonces presentadora de un programa de la Televisión pública española, que “Desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta”, como tal considero a Juan Luis Cebrián Echarri, presidente ejecutivo del grupo de empresas PRISA, entre las que destaca el diario El País.
¿Asistieron Felipe González y Juan Luis Cebrián al acto universitario que una protesta estudiantil habría impedido?
Los estudiantes acudieron a dicha aula para mostrar su protesta, pero se toparon con vigilantes que les impedían entrar en la misma, produciéndose, recordémoslo, aquel forcejeo que fue captado por numerosas cámaras. Y cuando los estudiantes lograron penetrar en la misma, las cámaras que les “acompañaban” no captaron la presencia allí de los señores González y Cebrián, sino dos sillones vacíos de los que, patéticamente, se comenta que quedaron vacíos después de que aquellos se marcharan al irrumpir allí la protesta estudiantil.
España: El acto académico relacionado a la reciente protesta estudiantil
El acto impedido por la protesta estudiantil puede considerarse “académico” sólo porque se habría celebrado en instalaciones la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. Y que ésta, en especial su catedrático de Derecho Constitucional Rovira Viñas, se prestara a aparentar un lustre universitario para un acto organizado por un grupo empresarial (PRISA) a su Presidente (Juan Luis Cebrián), revela la degradación ética en la que la Universidad pública española está sumida.
¿Por qué los estudiantes de la UAM repudiamos la presencia de Cebrián y Felipe González?
Porque invocar la libertad de expresión cuando las agrupaciones universitarias sufrimos día a día el boicot y limitaciones que la casta universitaria de rectores y decanos -buenos amigos de González, Cebrián y compañía- nos imponen; hablar de libertad de pensamiento cuando los estudiantes apenas tenemos voz y voto en la vida del campus y en los contenidos que se nos imparten es un ejercicio del más elevado cinismo.