Esta expresión del cómico me identifica a la perfección: me he dado de baja de los partidos políticos y me niego a pertenecer a cualquier club que me acepte. En mi vida, milité en la Democracia Cristiana, en el Mapu, en la Izquierda Cristiana y en el Partido Socialista; la verdad es que todos estos centros o  mafias, hoy son una realidad vergonzosa. La Democracia Cristiana está a punto de perimir, pues no es ni la sombra de lo que fue; el Mapu se transformó en una bolsa de lobistas y empresarios, cuya única meta es el poder y el dinero; la mayoría de los de la IC pasaron al Partido Socialista para integrarse a las filas de seguidores de Camilo Escalona; el Partido Socialista se ha transformado, de revolucionario latinoamericano, al más desnudo neoliberalismo y al culto del poder.