De hecho, me considero un palestino de lengua hebrea. Mi lengua es el hebreo y mi patria es Palestina. A diferencia de Israel, que es un aparato político racista y nacionalista, Palestina es un trozo de geografía. Palestina es auténtico y genuino e Israel es artificial e impuesto. Sabe, cuando siento nostalgia voy a un restaurante libanés en vez de a uno israelí que sirva falafel.