La necesidad de repensar la masculinidad en las escuelas
Segato plantea como los hombres hemos estado por siglos bajo un mandato de masculinidad, el cual al estar centrado en la competencia, la productividad, el autoritarismo, la verticalidad, la potencia, la conquista, la explotación, el dominio y la guerra, ha hecho que los hombres seamos muy infelices, al tener que regirnos por un ideal masculino inalcanzable en la práctica.
Mientras Chile se mira en un espejo roto
Chile es el segundo país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), luego de Corea del Sur, con mayor cantidad de suicidios al año (1.500, según el Servicio Médico Legal), con tasas explosivas de medicación psicotrópica, alcoholismo y drogadicción, mientras que la insatisfacción y las relaciones de competencia reinan como la peste desde las aulas escolares hasta las gerencias transnacionales. Como resultado de la sobreproducción mundial de mercancías, en Chile el consumismo a cuotas imposibles, el egoísmo y la indolencia festejan su mediodía.
La destrucción del conocimiento y la frustración de miles de millones de vidas
El daño psicológico que enfrenta la población en todo el mundo es enorme, porque se la somete a un duro castigo, similar a la de un campo de batalla debido a la brutal inestabilidad, dentro de la cual deben basar sus proyectos de vida que son de largo plazo, como formar familia, criar hijos, educarlos, etc. Lo grave de esta nueva realidad, es que las nuevas generaciones con preparación universitaria, utilizando sus mejores recursos logrados con la educación que recibieron, flotan en un vacio laboral, porque el aprendizaje saturado con racionalidades, elaborados procesos de pensamientos analíticos, dominio del lenguaje y control están sufriendo menor demanda y en algunos caso la obsolescencia, porque cambiaron las reglas del juego, decidieron concentrar en pocas transnacionales la producción a escala mundial con sistemas robotizados, computación, dejando fuera a los nuevos egresados.