Esto le responde un profesor de historia:
«Quizás no lo entiendas del todo, pero te lo ejemplifico con una situación que muchas veces habrás observado y es cuando un papá reta al hijo menor que fue golpeado por su hermano mayor y guarda silencio frente a lo efectuado por el otro. Ese es el problema de la infantilización de la fe y la separación que hacemos en las realidades prácticas que nos toca vivir.Pero doy un paso más allá, el plebiscito es la oportunidad de hacer un diálogo social como país, de optar y defender la dignidad de la vida como don gratuito de Dios, desde el nacimiento y hasta la muerte. Quizás no has tenido la oportunidad de escuchar el clamor de los pobres, marginados y excluidos, pero muchos de esos gritos y esperanzas están contenidos en las difíciles trabas que la actual constitución impone a nuestro país.»