Con excepción de Cuba y Bolivia, todos los demás creyeron poder agarrar el violín con la izquierda y tocar con la derecha… Lo que se vio fue un concierto desafinado. Aunque se hayan implementado políticas sociales con éxito y liberado a millones de personas de la miseria, las reformas estructurales, cuando se hicieron (desgraciadamente no es el caso de el Brasil), no fueron suficientes para crear un modelo alternativo al neodesarrollismo consumista.