El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ordenó destruir un depósito de armas ‎del Hezbollah en Beirut con un arma nueva que dejó más de 100 muertos y unos ‎‎5 000 heridos en la capital libanesa, provocando además enormes daños materiales, ‎este martes 4 de agosto. Esta vez será difícil que Netanyahu pueda ocultar su ‎responsabilidad personal y la del Estado israelí. ‎