Lo más sorprendente del cambio de gabinete no es tanto el qué, ni el cuándo ocurrió, sino el cómo y el cuánto. Respecto del “qué”, este cambio ministerial era secreto a voces, además de petición ampliamente publicitada por las más diversas voces. Respecto del “cuándo”, era obvio que iba a ocurrir antes del 21 de mayo. Lo que realmente sorprende –y que por lo mismo se presta para múltiples interpretaciones– es cómo ocurre y la magnitud de la intervención sobre el equipo ministerial.