Hace algunos días desde la UDI al PC firmaron un documento para fijar su posición ante a la crisis del financiamiento de la política. Lo lamentable del mismo es que intenta rebajar la gravedad del asunto para de ese modo estabilizar la «democracia» en la medida de lo posible; se relativizan los hechos al calificar los escándalos como “conductas reñidas con la ética, en el sector público y privado”. Sin embargo, estamos ante la compra y venta de cargos políticos para defender los intereses de la patronal.