Más que un triunfo, una derrota
No hay quien no haya asumido, hasta aquí, que a la ideología hegemónica se le hará todavía más difícil gobernar y seguir imponiéndose con el Gobierno electo. Cuando lo más probable sea que los resultados de anoche enciendan la protesta social y colabore a sepultar a los añosos y corruptos referentes de la izquierda y de aquel progresismo “sin progreso”, realmente.
La débil democracia chilena
Lo más preocupante es que la baja participación electoral no se distribuye de manera homogénea. Son los jóvenes y las personas de origen popular, de nivel socio económico bajo, los que menos votan. Y ello es especialmente manifiesto en las grandes ciudades del país. Y, cuando no acuden a votar es porque no esperan mucho de la política, no creen en los políticos.