Por eso, a ti asesino, te digo que podrás pedir perdón pero no te creo, y aunque creyera, yo no perdono. Es que detuviste a mi compañera embarazada de cinco meses. Apenas 21 años tenía cuando un comando de la CNI irrumpió en medio de la noche para cercenarle parte de un sueño compartido; los agentes la llevaron a un calabozo del primer piso de un edificio que resultó ser el cuartel general de Investigaciones.