Los primos
Una noche llegaron los primos a la casa. No los vi, pues estaba durmiendo. El mayor se asomó a la pieza que compartía con mi hermano menor y comentó que yo parecía una niñita. Años después lo supe. Era 1976 y ellos venían de Argentina, donde los militares habían encarcelado a sus padres bajo la acción represiva que más tarde conoceríamos como Operación Cóndor. Sus padres fueron secuestrados, maltratados, torturados. Y esos niños, separados de sus padres, tuvieron que sobrevivir «a la gracia de dios». Donald Trump no ha inventado nada. La canallada tiene historia y solera. Incluso, y sobre todo, en Chile.
Temores vigentes frente al “Plan Cóndor” en las posdictaduras
El “Plan Cóndor” es sin duda uno de los proyectos genocidas más terribles de nuestra historia reciente, no sólo por la cantidad de personas perseguidas, torturadas y desaparecidas, sino por aquella que representa las capacidades de la razón de sujetos que usan su “inteligencia” para coordinar un plan de exterminio humano más allá de las fronteras nacionales. Esto lo hicieron militares y cuerpos de inteligencias de los Estados represores en el Cono Sur, por cierto bastante custodiados por la bota yanqui que siempre mantiene una relación estrecha con sus políticas de gobierno imperialista.
Las tres patas de la Operación Cóndor. Pacto criminal militar en los países del Cono Sur
A la luz de los Archivos que hemos encontrado en Asunción el 22 de diciembre de 1992, y otros archivos a posteriori la OPERACIÓN CONDOR, tenía 3 patas. La Primera: Henry Kissinger, ideólogo desde Washington. La Segunda: el general Pinochet desde Santiago de Chile, que tenía que limpiar la sociedad chilena ( y sudamericana) de comunistas y La Tercera pata: el general Hugo Banzer que tenía que limpiar la iglesia católica de la Teología de la Liberación.
Los Archivos del Horror del Operativo Cóndor
Los “Archivos del Horror”, tal como fueron conocidos desde entonces, se han convertido en una clave para descifrar la historia reciente de América Latina. Los archivos detallan el destino de cientos, quizá miles, de latinoamericanos secretamente secuestrados, torturados y asesinados por los regímenes derechistas de los años setenta. También ofrecen una pista en papel que confirma la existencia de una conspiración escurridiza y sanguinaria entre los servicios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay para rastrear y eliminar a los adversarios políticos con independencia de las fronteras nacionales.