Año 1987
Francisco Ferrada era Dirigente Provincial de la DC; lo que nadie sabía es que su nombre real era Gerardo Cerda Weber y su chapa era Sebastián. Por su trabajo de infiltrado se le pagaban $40.000 pesos al mes.
Luis Prieto conducía el auto de Andrés Zaldivar, escuchando atento todo lo que el connotado político hablaba en la tranquilidad de su automóvil. Su verdadero nombre era Luis Becerra Arancibia. Al final del día, la dictadura tenía “pinchada” a buena parte de la DC. La asesora del hogar de Gabriel Valdés, también era agente. Y la lista suma y sigue.