El otro virus
Ahora sí, por fin, se está viniendo abajo un castillo de naipes que parecía perfecto: “El gobierno del 1%, por el 1% y para el 1%”, según expresión del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. No es el capitalismo el que está herido de muerte: es el tipo de capitalismo –neoliberal- que inauguraron Margaret Thatcher y Ronald Reagan en los años ochenta. ¿Alguien puede imaginar a algún candidato a presidente de la república, en cualquier país del mundo, declarando hoy: “Yo propongo que la salud la dejemos en manos de los privados”?
¡Qué película que estamos viendo en la vida real!
21 de abril 2020 A menudo escuchamos que lo que estamos pasando ahora es un caso de la vida real de lo que estábamos acostumbrados a ver en las…
Epidemia de coronavirus: ¿y después?
El mundo seguirá, por supuesto, porque esta pandemia no terminará con la especie humana. ¿O será, como dice esa visión “conspiranoica” presentada más arriba, que ya hay poderes que están preparando la vacuna? (con la que podrán meternos cualquier cosa, eventualmente). ¿Terminará el capitalismo con todo esto? ¿Terminan las luchas de clases? ¡¡Ni remotamente!! En todo caso, se reconfigura el mundo. Probablemente China se alce como la potencia dominante, con una economía más sólida no basada en la especulación financiera sino en la producción de bienes reales, con una sólida y efectiva reserva monetaria fijada en toneladas de oro y no en papeles bursátiles, y el dólar vaya perdiendo su hegemonía.
Britney Spears, Fran Drescher, Slavoj Zizek: el socialismo como un acto de cordura
Las declaraciones de Britney Spears haciendo alusión no solamente a la redistribución de la riqueza y la salud de cara a los tiempos de la pandemia, sino también a la necesidad de llamar a la “huelga” tuvieron una importantísima repercusión mediática a nivel mundial. Las mismas fueron continuadas por la actriz Fran Drescher, quien afirmó en Twitter que está “de acuerdo” con la huelga general, que hoy “el capitalismo” es sinónimo de seguir las reglas de la “clase dirigente-elite” y que “cuando la ganancia es a expensas de lo que realmente vale, tenemos un problema”.
Coronavirus: El capitalismo contra el mundo
Tal vez esta aseveración parezca tremendista, pero las evidencias están ahí para quien las quiera ver. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que el gasto de salud per cápita en 2018 fue de 60 dólares en los países de ingreso medio y bajo y de 270 en los de ingreso alto. Al mismo tiempo el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) dio a conocer que en el mismo año el gasto per cápita en armamento en el mundo fue de 240 dólares, lo cual además, como todos sabemos encierra la trampa del uso de promedios toda vez que en Estados Unidos fue de 1845, el de Francia 882, el de Reino Unido 715. China gasta 169 y Rusia 414, muy por debajo de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que también lo son de la OTAN. En cualquier caso, todos muy por encima del promedio mundial. Visto de otra manera, los países encargados de garantizar la paz y la vida en el planeta, despilfarran miles de millones de dólares en organizar la muerte.
Naomi Klein explica cómo los gobiernos y la élite mundial intentarán explotarán la pandemia
Cuando somos probados por la crisis, o retrocedemos y nos desmoronamos, o crecemos, y encontramos reservas de fuerzas y compasión que no sabíamos que éramos capaces de tener. Esta será una de esas pruebas. La razón por la que tengo cierta esperanza de que podamos elegir evolucionar es que -a diferencia de lo que ocurría en 2008- tenemos una alternativa política tan real que propone un tipo de respuesta diferente a la crisis que llega a las causas fundamentales de nuestra vulnerabilidad, y un movimiento político más amplio que la apoya.
Por los derechos humanos de ayer y hoy, contra Piñera y el pacto
El estallido en nuestro país es parte de un proceso global de revuelta contra el capital, en dónde la clase trabajadora en su conjunto se enfrenta a la ofensiva del capitalismo en un escenario de crisis, es así que se reformulan líneas autoritarias para imponer sus planes, exacerbando el patriarcado y el colonialismo para mantener el poder del 1%. Aquella dinámica hace que la democracia en sus limites se vuelva un escollo y resuelvan a través de la represión brutal los ajustes los diversos gobiernos, en dónde las mujeres y cuerpos feminizados somos las más afectadas, Chile es ejemplo de aquella línea.
Después del ascenso de la extrema derecha, ¿qué vendrá?
¿Estamos sin salida, rumbo a un destino sin retorno? Al límite, cuando nos demos cuenta de que podemos desaparecer tendremos que cambiar. Quién sabe, la salida posible será pasar del capital material al capital humano-espiritual. El primero tiene límites y se agota. El último es infinito e inagotable. No hay límites para aquello cuyos contenidos son: la solidaridad, la cooperación, el amor, la compasión, el cuidado, el espíritu humanitario, valores en sí infinitos, pues su realización puede crecer sin cesar. Lo espiritual ha sido escasamente vivenciado por nosotros, pero el miedo a desaparecer y dada la acumulación inmensa de energías positivas, puede irrumpir como la gran alternativa que nos podrá salvar.
La causa de las causas
El Principio de Causalidad se verifica una vez más. Cada país impone lo que precede de acuerdo a su propia realidad. Como laboratorio de la infamia tienen a Chile. Por eso, particularmente en Europa, se habla poco del estallido social que comenzó en octubre [en Chile]: porque explotó el laboratorio.
Los pretendidos éxitos del modelo terminaron en una inmensa hoguera en la que arden las teorías pergeñadas por manadas enteras de desvergonzados economistas funcionales.
La calle no ha firmado ningún acuerdo
Muchos han entendido que los acuerdos alcanzados en el Parlamento de Chile, en la madrugada de hoy 15 de noviembre, constituyen una traición al pueblo y a sus movilizaciones. Pero este juicio es equivocado. Los honorables parlamentarios han sido consecuentes con el mandato que las clases dominantes les han entregado (no en balde les financian sus campañas), en cuanto darle continuidad al régimen político heredado de la dictadura y reafirmado por los sucesivos gobiernos civiles.