Chile es una sociedad de guerra. Al menos así lo plantea Mario Góngora en su ilustre Ensayo sobre la noción de Estado en Chile. Nuestro país es fruto de una terrible guerra de conquista y desde allí en adelante su historia ha sido un recuento interminable de ellas. Cada generación ha conocido una. Peor aún: cada generación ha conocido las consecuencias de una.