Una vez más, los inspectores de trabajo brasileños han encontrado trabajo esclavo en las plantaciones donde Starbucks compra café. Y no solo las plantaciones, sino aquellas que han sido «certificadas» según los estándares CAFE Practices de Starbucks. Esto marca la segunda vez en nueve meses que esto sucede, lo que señala un enorme problema sistémico en la forma en que Starbucks cumple con su compromiso de «café ético al 99%». Es hora de que eso cambie.