El bucanero nada dirá en China sobre los derechos humanos ni democracia de la que alardea ser el valiente guardián y defensor. Guardará el típico silencio del gato para las castañas. Existiendo todas las condiciones para definir a China como una “dictadura comunista” contraria a los valores democráticos que exigen a Venezuela, Piñera y su séquito de depredadores guardarán silencio. Hasta allí llega la paupérrima valentía de la derecha, aquella que se ufana de marginar, desconocer y excluir a Venezuela.