Para usar botas, no se requiere ser soldado, solo hace falta tener pies.  Y cualquiera puede calzarlas, sobre todo los que ostentan el poder. Y estas botas que pueden ser de 7 leguas, como en el cuento y servir para dar trancos fenomenales avanzando en la historia, también pueden servir para sojuzgar a las multitudes y  patear fuerte al que se salga de la fila, manteniéndolas estáticas e inmóviles o danzando sobre una baldosa.