Empezar diciendo que todos somos inmigrantes. Es una ley de evolución, todo ser vivo se desplaza en busca de sustento para vivir; y en ese desplazamiento se va creando lo que llamamos civilización. Lo que viene a confirmar que la Tierra no tiene dueño fijo. Me divierte, cuando escucho a gente adinerada decir «toda esta tierra es mía». Equivale a oír decir a una pulga todo este pedazo de perro es mio. El perro se mueve donde quiere, se rasca y sacude las pulgas cuando lo cansan.