Convocar a ‘que se vayan todos’ y exigir una Asamblea Constituyente no es un llamado a un golpe de Estado
Las aseveraciones irresponsables de algunos políticos, como la formulada por el ex ministro Sergio Bitar, en el sentido que tales soluciones poco menos que implicarían un llamado a las Fuerzas Armadas a tomar, una vez más, el control de la nación. La afirmación aquella sólo tiene por objeto salir en defensa de sujetos que han profitado de privilegios y prebendas de los que no goza la inmensa mayoría de la población nacional durante estos 25 años de democracia protegida.
Ensayando soluciones a la crisis
[Lo que el país vive] es una crisis de credibilidad que se refiere únicamente a la escena política de la nación. No se trata, por ende, de una crisis general que ponga en entredicho el funcionamiento del sistema mismo. No. Y ello es tan cierto que los propios actores que la han generado ensayan hoy diversas fórmulas intentando resolverla, con absoluto desprecio respecto a lo que pueda pensar el resto de la ciudadanía, tan seguros están de poder hacerlo.
De tumbo en tumbo
Trampas, mentiras, embustes, engaños y falacias están saliendo a la luz pública: creíamos estar mas o menos libres de corrupciones en el panorama de América latina y hemos comprobado que estábamos en una burbuja: a nuestro alrededor se tejía una red de descomposición moral armada por los mismos próceres de la banca y de la política que deberían dar el ejemplo. Ahí parece que la solución va por la urgencia de una Asamblea Constituyente que organice la cosa social de otra manera
Democracia elitaria o democracia popular: El peligro de la reactualización del apartheid político – social de la transición
A lo que le temían en los años ochenta –y al parecer también hoy– algunas franjas del progresismo es a la posibilidad de una práctica democrática de masas, la que podría devenir en la jubilación de la generación de la transición por la vía de una autorepresentación política de los movimientos sociales populares. Y esto no ha sido ni entonces ni ahora una posición utópica o teoricista, por muy difícil que haya sido su aplicación (ni pensar su triunfo) en los años ochenta.
Ética, corrupción y nueva Constitución
Cuando son necesarias tantas reformas y tal envergadura, es claro que la carta fundamental ya no responde a las necesidades de una nueva institucionalidad y las demandas de la sociedad. Si a ello le sumamos el “problemita” de la legitimidad de origen de la actual Constitución, los argumentos para reemplazarla sobran.
La renuncia de Bachelet que no ha sido desmentida y la Asamblea Constituyente como salida democrática
Hasta ahora los rumores de renuncia en torno a Michelle Bachelet que ni siquiera Camilo Escalona ha querido desmentir en la entrevista de Tomas Mosciatti, emitida este jueves en la edicion central de Megavisión, están por todos lados.
Presentan objetivos y contenidos de la Escuela Nacional para una Asamblea Constituyente
Con una concurrida presencia de futuros participantes y profesores se presentó ante la prensa y redes sociales la primera Escuela de Monitoras y Monitores por la Asamblea Constituyente para una nueva Constitución en la sede de la Mutual de Trabajadores del Transporte de Chile.
¡Asamblea Constituyente ahora! Antes de que sea demasiado tarde
Estamos asistiendo al momento clave del colapso del sistema político. Para sacar al país del pantano hay dos condiciones que cumplir: la primera, declarar obsoleta la monarquía electiva y el sistema corrupto plutocrático y, la segunda, que la Presidenta Michelle Bachelet tome la iniciativa de convocar a un plebiscito nacional, en que el pueblo decida si llamar o no a una Asamblea Constituyente, que no sólo se limite a redactar una Carta Magna
Materiales para la Escuela Constituyente
Para que la Asamblea Constituyente sea posible, es preciso desarrollar un amplio proceso constituyente en la base social, que permita incorporar al grueso de la ciudadanía a este debate. Esto solo puede lograrse si los “ciudadanos de a pie” son capaces de vincular sus problemas, demandas y aspiraciones con el tema constitucional, exigiendo tomar parte activa en el proceso de elaboración de una nueva Constitución. De esta manera podrá desarrollarse una fuerza constituyente ciudadana y popular que imponga mediante su movilización y presión la convocatoria de una Asamblea Constituyente. :
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La Escuela Constituyente inicia sus actividades
Para que la Asamblea Constituyente sea posible, es preciso desarrollar un amplio proceso constituyente en la base social, que permita incorporar al grueso de la ciudadanía a este debate. Esto solo puede lograrse si los “ciudadanos de a pie” son capaces de vincular sus problemas, demandas y aspiraciones con el tema constitucional, exigiendo tomar parte activa en el proceso de elaboración de una nueva Constitución.